De día por las calles de Polonia
- mferreror
- 2 oct 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 21 dic 2024
Una suerte que las restricciones pandémicas se abrieron en algunos países en el verano, bajo ciertas condiciones. No deja de ser del todo un tiempo raro, pero se inicia una movilidad internacional que en algunos lugares mostraba cierta seguridad. En el caso de Polonia, que elegimos como destino en parte por ello, acababan de bajar al nadir de una de sus mayores curvas, y parecía que la pesadilla se hubiera acabado.
Es raro, y estupendo, patear las calles casi vacías de gente o, a lo sumo, con sus autóctonos: una maravilla. Así estaba Polonia a primeros de julio. Otro detalle llamativo: los autóctonos no llevaban mascarilla ni en los lugares cerrados.
En este resumen hay imágenes de las calles de Cracovia, Varsovia, Poznan y Wroclaw (o Breslavia). Un país maravilloso. La excursión al Parque Nacional de Bialowieszka, si acaso, la dejaré para otra entrada.
No olvides pinchar las fotos para verlas enteras, y dónde veas una flecha, es que hay más detrás.
Cuando es de día, nublado o no, las calles son de mil colores.
Calles de todos los tipos sin prisa y sin pausa, a pie, en bici, a patinete, o en tranvía.
Polonia es un país joven y en las calles destacan los jóvenes y las familias jóvenes con niños.
La arquitectura bien merecería una entrada en exclusiva para ella, pero aquí dejo algunos ejemplos.
Y la vida en la calle no tiene fin, ¡incluso en la playa de la ciudad!
La vida en las calles de Polonia, para el turista veraniego, es amable y llena de color y juventud. Todo es atractivo y suave. Te encanta deslizarte junto a los ríos, elevar la vista a los tejados, para recorrer la preciosa arquitectura, sentarte en sus alegres terrazas. Pero el turista accidental, paseante y admirador del espíritu de supervivencia de este pueblo maltratado por la historia, hasta hace bien poco, no atisba en estos paseos nada de su realidad social y cultural actual que, afortunadamente, lee ávidamente para comprender un poco más el mundo que visita y que le rodea.
Aunque una buena parte de ella se le antoje incomprensible, especialmente después de empaparse de la historia de su país contada por los propios polacos.
Dejo aquí algún ejemplo ilustrando alguno de los problemas que se esconden tras la luz y los colores de estas fotografías, en este caso la limitación de derechos fundamentales a mujeres de la esfera LGTBI, o en la aplicación de leyes de protección a las mujeres, o incluso en la independencia de su sistema judicial frente a nuevas legislaciones.
Y aquí otro ejemplo ilustra que la sociedad polaca, a pesar de todo sigue siendo plural, y que muchas iniciativas, especialmente femeninas, siguen apoyando los derechos fundamentales en situaciones de conflicto con poblaciones migrantes y vulnerables.
La deriva de Polonia, respecto al respeto a los derechos humanos, y el cumplimiento de las leyes europeas, constituye toda una incógnita en el futuro más próximo, dada la avalancha de noticias que se van sucediendo en el último año.
Ahora, pincha la música de esta entrada, y vuelve a pasear por las calles siguiendo su melodía. Hoy suena música Klezmer polaca, con la Kracow Klezmer Band.
Fotos tomadas con el iPhone Xs, procesadas únicamente con su aplicación nativa Photos, con correcciones básicas.
Un viaje delicioso con L y JA, a los que dedico esta colorida entrada.
Mi respeto para las personas que aparecen en cualquier entrada de este blog, dónde sólo quiero recoger el pulso y la vida de la calle. Si te reconoces en alguna de ellas, puedes hacer comentarios, o pedirme que la retire, si es tu deseo.
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