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El misterio se desvela

Foto del escritor: mferrerormferreror

Actualizado: 2 abr 2023


¡Pues esta vez soy yo la sorprendida!

Llevaba un par de semanas haciendo mi vida, y había terminado por irme alejando del ejercicio de búsqueda de las razones de mi mujer de la ventana.

Después de varios meses merodeando por su barrio, y acechando sus idas y venidas desde la casa, tuve que rendirme a la evidencia de que no me iba a decidir a preguntarle a ella directamente. No deja de ser extraño que alguien te pregunte por qué, hacía ya todos esos meses, habías salido de tu casa por la ventana. Lo extraño es que alguien se interesara todavía por ello, habiendo pasado tanto tiempo. Tiene algo de friki.

Estuve un tiempo proponiéndome tareas y objetivos alternativos. Después de todo, cuando uno adquiere una costumbre con mucha intensidad emocional, dejarla es algo parecido a deshabituarte de una droga. ¿Qué harás a partir de ese momento, si dejas tu tarea detectivesca?, me preguntaba yo las mañanas que me levantaba decidida a "dejarlo". Pues tengo que decir que me costó.

Por eso, cuando aquella soleada mañana me paseaba indolentemente por un extremo lejano de la ciudad y me percaté de que la mujer de rojo que tenía delante era "mi mujer de la ventana", casi me da un vuelco el corazón.

¡Qué extraña es la vida!

Elisenda, que así se llamaba, se dio cuenta de que yo la miraba como si hubiera visto un fantasma. Además vio que le hice algunas fotos, incluso posó para mi, al final. Al acabar su actuación celebré con ella la iniciativa del cartel. ¡Era preciosa! Alguien intentando aportar algo de belleza a nuestro pequeño mundo.

Después de felicitarla calurosamente, decidí contarle las razones de mi cara de susto. Le resultó entre cómica y sorprendente, toda mi historia. También pensó que si ella hubiera visto salir por la ventana a otra mujer le habría resultado igualmente extraño, pero que seguramente no se habría tomado tan en serio descubrir por qué.

Finalmente me contó que al principio de empezar su "cruzada" compartiendo la belleza de la música, no quería que su familia lo supiera, y que le resultaba muy difícil escaparse de casa dando una explicación plausible cada vez. Por ello empezó a salir por la ventana, para lo que ideó todo un sistema para no dejarla expuesta a indiscretos. Ni se imaginó que el sistema necesitaba alguna mejora, a la vista de mi propia incursión en su casa (claro, que eso me lo callé como una muerta).

Tenía hijos pequeños y para entonces, pensaba ella, no hubieran entendido que cambiara ir a tocar para un público a veces escaso, en lugar de quedarse haciendo los deberes con ellos. Con el tiempo se dio cuenta de que su razón era probablemente un cierto sentimiento de culpa, y no sólo se lo contó, pues su propósito era ejemplar para sus propios hijos, sino que en ocasiones ellos mismos se animaron a salir con ella, y disfrutar juntos de la belleza de las pequeñas cosas y de los buenos sentimientos.

Una muestra de su hijo al mando del monopatín, la mañana de nuestro final encuentro.

Y no olvidemos la banda sonora para el final del relato: Mystery, de Miles Davis.

Nota: esta entrada es un ejemplo de fotografía de calle y de retrato. Fotos realizadas con cámara Panasonic Lumix DMC GF6, objetivo Lumix G Vario X 14-42 f3.5-5.6.

Todas las entradas en las que hablo de mi mujer de la ventana forman parte de una historia, con inicio y final, que empieza en la segunda entrada de este blog. Búscala y empieza a leer a partir de ella, la segunda, hacia las fechas más recientes. Selecciona la etiqueta mujerdelaventana para no perder ni una.

Segovia, Castilla y León, Spain

© 2016-25 por Marta Ferrero Fotografía

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